viernes, 30 de abril de 2010

Numerología, profecías y misterios

Y que nadie pueda comprar o vender si no quien lleve la marca, que es el nombre de la bestia o el número de su nombre. Aquí está la sabiduría. Quien tenga inteligencia calcule el número de la bestia, pues es número humano y su número es 666». (Ap. 13, 17-18).


Las connotaciones numerológicas de los textos bíblicos y otros escritores y profetas son claras, pero a la vez que profundizamos en sus análisis, nos dejan con más interrogantes que respuestas. Si no veamos con detenimiento el párrafo arriba señalado.


Nos insta a que calculemos el número de su nombre, que es número humano, antes dice el número de su nombre, (666). O sea que por medio de ese número calculemos o busquemos su número (?) o su nombre, lo que en definitiva me parece el objetivo.


Pero es más interesante saber que hay una secuencial repetición de cifras en los textos sagrados, profetas como Nostradamus, las pirámides de Egipto y hasta medidas terrestres, sean métricas o temporales.


Independiente de la cifra que se trate, casi en su mayoría tiene un número común: 3 y sus múltiplos, más exactamente el 3, 6 y 9. Cualquiera sea la cantidad, el fin es uno de esos números. Comenzando por las 3 divinas personas, pasando por el factor Pi (3.1416, empieza con 3, finaliza con 6, sumando los números del centro da 6) y llegando al radio polar: 6356 km. Seis al inicio y al final, al centro 3x5-15, 5+1-6; ahí tiene el 666. REVISEMOS EL PASADO


Le aconsejamos que tenga a mano su calculadora, papel y lápiz. Allá vamos. En el antiguo testamento hay menciones específicas sobre el 666; pudiéndose dar más cifras, sólo se hace énfasis en ella:


Capítulo 10 de Reyes: «El peso de oro que cada año llegaba a Salomón era de seiscientos sesenta y seis talentos de oro, además como tributo recibía de los grandes y pequeños mercaderes...», etc.


El capítulo 8 de Paralipómenos: «El peso de oro que cada año llegaba a Salomón era de seiscientos sesenta y seis talentos de oro, fuera del que recibía de negociantes...».


En el capítulo 21 del Apocalipsis se habla de las medidas del tiempo: 12 puertas (=3), 3 puertas por cada costado. Dimensiones de 12 mil estadios, muros de 144 codos (=9), 12 piedras, etc.


Pero hay más cifras sobre lo mismo: 42 meses (6), 1260 días (12+6=18= 8+1=9), 1 tiempo= 360, 2 tiempos= 720, 1/2 tiempo= 180. Todo se reduce a 9.42 meses por 30 días= 1260 días.


Veamos otro ángulo: para que el Sol complete un determinado número de grados a lo largo de la elíptica, se saca un cálculo fácil 72x30=2160, que serían los años necesarios para completar 30º de recorrido.


El ciclo completo sería de 25,420 años (2160x12). Esto coincide con la teoría maya de ciclos espirales cada 26 mil años.


Por otra lado, si Ud., multiplica el radio polar (6356 km) por 2 le da el diámetro polar (12.712 km) y divide 666 entre esa cifra le da 0.05239, que es el patrón de medida equivalente a 1 codo sagrado, del que habla la Biblia. SIGUEN LAS COMBINACIONES


Ahora vamos al griego. En el apocalipsis en dos ocasiones se pone en boca de Dios diciendo: «Soy el Alfa y Omega, primera y última letra del alfabeto griego, cuya equivalencia es el 1 y el 800, total 9. Y eso no termina ahí, sumando todos los números de las letras pronunciadas sale la suma de 1332= 9.


Pero no sólo eso se saca de esa suma. Si Ud. multiplica 666x2 le da como resultado... 1332. Realmente da en que pensar y entre más se hace, menos claros quedamos, aunque sí hay una luz: nada fue hecho al azar ni fue producto de la casualidad.


No queremos concluir sin mencionar al gran Nostradamus para ratificar lo expuesto anteriormente, el azar nada tiene que ver en este asunto. El genio nace un 14 (5) de diciembre (3), 3x5=15, 1+5=6. En el año 1503 (6x3=18=9). Muere en el año 1566, ¿no le parece que ahí hay un triple seis?


Eso no es todo. Redactó su testamento ante un notario reflejando su patrimonio monetario, y vea las cantidades. 36 nobles rosas, 180 entre ducados simples y angelotes y 126 dobles ducados. Por donde le busque le saldrá siempre el mencionado 9 (3+6, 1+8, 1+2+6= 9). ¿Será esa la clave de todos los enigmas bíblicos y las profecías?


No lo sabemos todavía, pero si la clave está en el 3,6,9, busquemos la equivalencia en letras, de acuerdo a la numerología egipcia. Las letras son: F,O,X,C,L,U,R e I. Ahí puede estar el nombre del famoso triple 6. Haga Ud., sus propias combinaciones.

http://archivo.elnuevodiario.com.ni/2000/noviembre/30-noviembre-2000/estasemana/estasemana4.html

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